Es nuestro lienzo. Es nuestra pantalla. Es nuestro altavoz. Todo lo que tenemos ahí fuera, nos puede servir para expresar o comunicar algo de la forma más original y eficaz. Una baldosa, un banco, un muro y hasta una persona. En la calle disponemos de infinitos elementos que nos pueden servir como medio para todo tipo de expresión: cultural, publicitaria, de protesta… El laboratorio callejero es un espacio sin límites. Estará allí donde la calle exprese algo. Un lugar dónde todo aquel que apueste por la calle podrá mostrar ideas, trabajos o cualquier tipo de locura que merezca ser mostrada al mundo. Hay muchas formas de hacerlo: arte urbano, marketing guerrilla, publicidad en la calle o cualquier otra cosa que aun no esté etiquetada. Es el momento de reivindicar lo que es de todos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario