Dos artistas vestidas de novias partieron el 8 de marzo de Milán para cruzar Medio Oriente a dedo y llegar a Israel. El asesinato de una de ellas interrumpió el sueño.
Una de las fotos de Pippa Bacca y Silvia Moro –en la foto, en ese orden– que todavía puede verse en el sitio web del proyecto Brides on Tour: haciendo dedo para llegar a Zagreb.
Tenía 33 años y un sueño, pero se le quedó por la mitad.Se llamaba Giuseppina Pasqualino di Marineo, pero como artista usaba el seudónimo de Pippa Bacca.Había partido con su amiga y colega Silvia Moro (37), el Día de la Mujer, en un recorrido artístico que pretendía promover la paz y el concepto de “matrimonio de culturas” entre los países de Medio Oriente, pero una muerte absurda dejó su vestido de novia tirado en un oscuro rincón de una ignota aldea turca.
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Pippa Bacca era la tercera de cinco hermanos y había crecido a imagen y semejanza del espíritu de libertad y el gusto por lo exótico que le había inculcado su propia madre, Elena Manzoni. “Yo misma siempre fui una fanática del hitch-hiking –explicó hace poco Manzoni a la prensa–. Es el mejor modo de conocer gente y lugares. Pippa heredó eso de mí”.Un año atrás, las dos jóvenes artistas habían concebido su proyecto mientras conversaban sobre cómo dramatizar un mensaje de paz. Les gustaba la idea de un viaje, en parte para simbolizar los modos en que la mente puede viajar hacia el compromiso. Los vestidos de novia llegaron después, como una forma de evocar el sentido de esperanza y de quiebre que una novia debería sentir el día de su boda.La intención era no atarse a agenda alguna. Para eso necesitaban muy poco apoyo económico, que rápidamente encontraron. Harían amigos allí donde llegaran. Serían libres.
EL VIAJELlegaron a Estambul dos semanas después de partir de Milán, tras atravesar los Balcanes. El destino final, Israel, todavía estaba lejos: faltaba atravesar no sólo Turquía, sino también Siria y el Líbano. Durante esos primeros quince días ya habían venido dejando testimonio del cumplimiento de su sueño en el espacio que su sponsor Foto Up había preparado para ellas, bajo la marca Brides on Tour.Tras algunas jornadas en la capital turca, la mañana del 31 de marzo Pippa Bacca salió de la ciudad y, una vez en las afueras, comenzó a hacer dedo. Un par de horas después ya había llegado a Gebze, una ciudad 40 millas al sudeste de Estambul, en dirección a Ankara. Allí hizo una compra con su tarjeta de crédito, fue vista comiendo algo en un McDonald’s y, por última vez, en una estación de servicio, ya en el límite de la ciudad.Todo lo que ocurrió después sólo pudo saberse alrededor de dos semanas después, cuando finalmente la policía local logró atar cabos y descubrir la verdad.Mientras, tras un día y medio de falta de noticias, su familia en Italia –con la que Pippa se comunicaba constantemente– dio aviso primero a la Cancillería italiana y, luego, al cónsul italiano en Estambul. El blog de Bacca y Moro, entretanto, no hacía más que preguntar “Pippa Bacca, dove sei?” (¿Dónde estás?).La búsqueda terminó cuando Murat Karatas, un turco de 38 años, cometió el error de hacer una llamada con el teléfono celular de la italiana que había levantado con su automóvil dos semanas antes en las afueras de Gebze.Trabajador itinerante y ex convicto por robo, Karatas –que no pudo haberse comunicado en idioma alguno con Pippa, porque él no habla italiano y ella no hablaba turco– confesó su crimen apenas fue apresado por la policía turca. Luego de recoger a Bacca en la estación de servicio, la condujo a una zona apartada, la violó y, ante los esfuerzos de ella por resistirse, acabó estrangulándola. Apenas una hora después de haberla encontrado, confesó Karatas, Bacca ya estaba muerta.El vestido de novia que ella había usado hasta ese momento fue recuperado por la policía y devuelto a su familia en Italia.Hoy, Silvia Moro anuncia que el sueño de ambas tendrá que ser completado. “Será el mejor homenaje que podríamos hacerle a Pippa”, afirmó.
2 comentarios:
Más que la muerte absurda yo la titularía la muerte lógica y estúpida,y no lo digo como insulto a la infortunada "artista" sino como constatación de la idiotez reinante en este mundo que cree todavía en la disneylandización de las personas,las cosas y los animales. Creer que por ponerse determinado atuendo y creer que todo el mundo es bueno y aplaudirá mi iniciativa,por torpe que sea,es publicar que carezco de neuronas.Alguien debió haberla despertado.
Yo no la llamaría absurda, sino la idea que tenía es útopica. No hay cosa en el ser humano que lo haga “malvado” desde su nacimiento, a menos que sea una descompensación en los químicos del cerebro. No es una idea “disneylandeska” ni “hollywoodense”. El mensaje de Bacca es sencillo y claro, creer en la buena y natural voluntad del hombre, dejar de normalizar la violencia, dejar de naturalizarla. Por desfortunio durante nuestra formación acabamos creyendo lo contrario y que el mundo es así, pero eso sólo es una muestra de nuestro conformismo e ineptitud. No digo que el mundo vaya a cambiar de un día a otro, o por este performance, sino que lo que la artista esperaba era realmente un valor primordial, algo marcado hasta por la ética Kantiana. Hay que empezar a creer en las personas un poco, porque el miedo que nos carcome nos afecta cada día más.
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