El concepto Arte en el espacio público se viene designando desde los años 60 aquellas tendencia de muchos artistas a sacar sus obras de los museos y a integrarlos en el espacio urbano. Desde entonces una joven generación de artistas se ha involucrado a lo público desechando el espacio nítido museal. Ahora mismo el espacio público confronta nuevos condicionamientos urbanos, historicos, politicos y sociales, lo que hace del artistas público un activista y un nuevo ciudadano. El objeto fundamental del Arte Público es desmitificar el concepto de creatividad… Nuestra intención es convertirnos de nuevo en ciudadano.

lunes, 14 de julio de 2014

Niñas y niños pintaron a Caracas en el taller el Arte de hacer Ciudad

La creatividad y la imaginación protagonizaron esta actividad organizada por el Taller de Bicicletas para que los pequeños reconozcan la urbe donde se desenvuelven 



“La ciudad necesita que los ciudadanos se conviertan en artistas y los artistas en ciudadanos”. Con este lema y a fin de que niñas y niños reconozcan e interactúen con la urbe donde se desenvuelve, se realizó ayer en El Centro Los Galpones, ubicado en Sebucán, el taller El Arte de hacer Ciudad.
La actividad estuvo a cargo de Taller de Bicicletas, colectivo que desde hace cinco años se dedica a la intervención artística de pendones colgados en la urbe y otras actividades relacionadas con la plástica.
“Queremos que el arte sea democrático, y esta es una buena idea para hacerlo. En nuestros talleres le hablamos a los niños sobre la ciudad y luego ellos la pintan como quieran; ponen de manifiesto de su creatividad e imaginación, afirmó Douglas García, creador de la iniciativa.

NACIMIENTO DE UNA IDEA

García comentó, en declaraciones al Correo del Orinoco, que Taller de Bicicletas es un proyecto que nació en España. “Luego de hacer un doctorado allá comencé a trabajar a trabajar arte público en Europa, porque ellos tienen un concepto más purista del arte en la calle. Evidentemente, esto me permitió experimentar y comencé a desarrollar esa idea acá en Venezuela”, dijo.
El creador sostuvo que, una vez que se comienza a estudiar arte público, es común hacer una revisión de la calle y del espacio y es allí cuando se ponen en práctica mecanismos para hacer más agradable la ciudad mediante el arte.
Luego de la puesta en marcha de Taller de Bicicletas en Caracas, García -con el apoyo de jóvenes artistas- ha llevado a cabo distintas actividades en centro culturales y en instituciones educativas, como el Colegio Francia. Su trabajo también se ha dado a conocer en el Casco Histórico de Petare y en El Hatillo.
Sobre el Arte de hacer Ciudad, el artista refirió que se trata de una actividad para incentivar el amor hacia la capital: “Caracas es una ciudad que todos conocemos como caótica y los ciudadanos se están desentendiendo de ella. Muchas personas viven más encerradas en su casa que apreciando los espacios de la ciudad, ya sea por una cosa u otra: el hampa, la inseguridad, etc”, reflexionó. Por tal motivo el objetivo del proyecto “es que los chamos vean la urbe desde otra perspectiva, que la vean como una metáfora creativa”.
Apuntó que el encuentro es poner en práctica una didáctica ciudadana con niñas y niños de entre 6 y 12 años. Sin embargo, aclaró que también trabajan con personas o instituciones que soliciten sus servicios.
Finalmente, García reiteró que el arte urbano es una forma de expresión y una manera de embellecer la ciudad: “Hacerla más grata para sus habitantes” y, a su vez, convertirla en un especie de galería al aire libre.
T/ Patricia Pineda
F/ Luis Franco
Vía: http://www.correodelorinoco.gob.ve/

jueves, 6 de marzo de 2014

Tierra de Nadie

Por Douglas García.


Es evidente que el ciudadano cada vez menos, tiene ese margen para ejercitarse en el vive como quieras. No obstante, siempre hay margen para evadirse del tráfico, la inseguridad, la falta de servicio, la burocracia y todas esos irreciclables males que aquejan a las ciudades, unas más que otras, y que patrocinan las más abyectas ruinas morales que padecen la ciudadanías.

No es descabellado afirmar que la ciudad es una tierra de nadie, donde cada quien puede plantar su bandera, en ella podemos tropezarnos con Yuppies, Hipsters, Brooker, Emos, Punk entre otras tantas tribus urbanas que asumen para si una especie de bohemia que no es otra cosa que persistir en sus hábitos como un culto a su propia libertad de vivir como parte de una sociedad.

Pero obviemos la paleopolítica que la derecha y la izquierda traen consigo, desde luego, a la estructura aburguesada de las sociedades urbanas cualquiera que esta sea, y admitamos que la bohemia es un aprendizaje de libertad, porque el termino bohemia contiene en si misma los placeres de una vida relajada, creativa, desprovista de cánones y formulismos y si se puede, alejado de la tarjeta de crédito. Pero debemos ante todo entender que la bohemia actual lleva consigo un compromiso social que no la aparta del molde capitalista pero en plan creativo, algo que sin dudas, agrupan y distancia a muchas tribus urbanas, las cuales como actividad social buscan distinguirse dentro de la urbe como un colectivo excéntrico, definitivamente, uniforme y egotico.

Si el calificativo de bohemio tiene alguna valía, esta se fundamenta por la simpatía y el compromiso de sus ideales, porque el hábito se ajusta a una realidad posible, sobretodo, porque la creatividad puede ser rentabilizada a favor de todos. Dicho esto, y respetando a esos artistas que aun arrastran la cobija por aquella bohemia que se respiró a principios del siglo XIX y principio del XX, podría afirmar que la nueva bohemia es la que llevan los activista urbanos consigo, algo que celebramos porque ellos son una bocanada de aire fresco que nos ofrecen a los ciudadanos comprometidos con el devenir de la ciudad.

Probablemente, la ventaja que tiene la nueva bohemia con respeto a la añeja, es que ya no se pierde tiempo en discusiones estéticas y/o filosóficas, de resto, y salvando las distancias, la bohemia es la misma, es como una tienda china de bisutería, es decir, está llena de cosas variadas, baratas y temporalmente útil. No obstante, los personajes que han salido de la vida bohemia le da un componente mágico a la militancia creativa de esta forma de ver y vivir la vida, que como se dijo anteriormente, tiene un extraordinario sentido de libertad y nos regala a todos una posibilidad que a su vez nos hace ver la ciudad como un espacio de posibilidades.

Ahora bien, si elogiamos a los activistas como los nuevos bohemios, debemos de reconocer que una ciudad como Caracas necesita el concurso de todos, sobretodo, de espacios para que la bohemia se recree, desde luego, no se aspira a recrear a la legendaria terraza de La Rotonde en un Montparnasse donde discurría un Max Jacob, Trotsky, o un Diego de  Rivera, o la Coupole donde se podía tropezar con Dufy, Josephine Baker, Braque, Breton o Giacometti, tal vez tampoco aspiramos a un café Flore donde charlaban amenamente un Sastre con Simone de Beavoir o Les Deux Magots en un boulevard Saint Germain con habituales como Jean Genet y Albert Camus. Posiblemente, Caracas como ciudad necesita más que nunca un espacio para que se reúna la vida bohemia, lo que es igual, un espacio para la convivencia de filósofos, artistas, artivistas, vividores, músicos, náufragos urbanos, poetas, curiosos, excéntricos y todo aquel que desee aparecer. Lo que está claro, es que estos espacio son se crean, ¡se eligen¡, como en su momento fue elegido el callejón de la puñalada o el recordado café Rajatabla, que si bien, no contaron con la presencia de un Merleu Ponty, Calder, Picasso, Hemingway, Scott Fitzgerald o Henry Miller, tuvo su propia fauna, por supuesto, no tan renombrada como la de aquella bohemia parisina, pero no por falta de talento. Lamentablemente, debemos admitir que el reconocimiento y la fama suele matarle la bohemia a nuestros nacionales, porque no es lo mismo frecuentar un café Les Deux Margot que un bar en el callejón de la puñalada, y no se le puede quitar razón, porque la bohemia se nutre de bohemia y si esta le da sentido, identidad y objetivo a un individuo, este buscará otro espacio de bohemia hasta que la fama haga que se refugie un espacio propio apartado de esa bohemia que una vez le nutrió.

Ciertamente, la bohemia se da en cualquier lugar, desde un tugurio en el barrio de Harlem donde puede surgir un Charlie Parker o un bar llamado La Cueva en Barranquilla que contó como cliente a un Gabriel Garcia Márquez, pero hasta un escritor como el Gabo al igual que un Miles Davis van por distintas razones a parar con sus huesitos a otra bohemia, otra bohemia que nutran la suya, dejando muy claro, que la bohemia no le otorga talento a quien no lo tiene, pero si le da a quienes lo posee la posibilidad de enriquecerlo, y para ello cualquier espacio y cualquier tiempo da igual.

La alcaldía de Caracas ha rescatado espacios en la ciudad que han llamado a la vida bohemia sin ningún éxito aparente, algo que nos refiere al Manhattan la cual Andy Warhol trató de convertir la bohemia en un acto publicitario y consumista, lo que nos indica a clara luces, que la bohemia no obedece ni a la propaganda política ni  la publicidad capitalista, no obstante, se agradece los espacios urbanos rescatado por las distintas alcaldías de la gran Caracas, porque con bohemia o sin ella, la ciudadanía no es ingrata ante la recuperación de sus espacios cívicos. 

Definitivamente, no es lo mismo haber compartido bohemia a tiro de piedra con un Julio Cortázar en Paris, que compartir un espacio que se desea rescatar a través de una acción creativa con el apoyo de otros artivistas. Y es que la bohemia ha cambiado con el tiempo, ha mutado, es portátil  y se ha hecho más comprometida y menos dramática. Los bohemios no necesariamente provienen de las artes, de hecho, puede ser cualquier hijo de vecino que desee cambiar el mundo comenzando por su propio espacio urbano, y no es necesario ser de izquierda o de derecha, porque la mayoría de los artivistas son neo anarquista urbanistas y ecologistas que depende de sí mismo y no de un partido, en definitivas, son seres que desde su propia libertad se sumergen en la cultura globalizada del este planeta, y solo tratan que esta tierra de nadie tenga sentidos para todos.

lunes, 13 de enero de 2014

Entrevista Saz Oner

Teníamos pendiente esta entrevista con el artista urbano Saz Oner, quien no sólo ha dejado muestra de su talento en los muros de Caracas sino también de otras ciudades como Sao Paulo. No está de más decir, que Saz Oner ha sido un estupendo aliado de Taller de bicicletas, por lo tanto, es grato dejarle esta entrevista.
TDB: Bien sabemos que la calle impone un sistema de relaciones más directa, algo que es imposible en las galerías y museos, ¿qué tipo de relación propone Saz a la ciudad?

Saz: Procuro de que cada obra le brinde a la ciudad  pequeños destellos de color, ritmo, espontaneidad y asombrar a el espectador

TDB: Se dice que un espacio se hace público a medida que se fortalece la imaginación y la creatividad ciudadana, ¿cómo artistas eres de lo que creas o los que recreas espacios?

Saz: Considero que hago visibles los espacio que para muchas personas se mantienen ocultos debido al ritmo de sus vidas, a falta de color en muchas de las paredes y estructuras que se encuentran en la calle parto de que si no ves algo  no sabes de sus existencia. Busco la forma de hacerte ver de que existen esos espacios y al darte cuenta tú de ellos creo para ti una nueva realidad de tu entorno, así la obra desaparezca  tú sabrás de que ese lugar existe.
TDB: Los espacios públicos son espacios pasajeros, dinámicos, cambiantes, pero sobretodo democráticos, ¿qué opinión te merece esos artistas que siendo artistas urbanos se apropian de los espacios ciudadanos, incluso, llegan a dañar intervenciones de otros artistas que se encuentren dentro de lo que ellos denominan su territorio y convierten un espacio público en un espacio de su propiedad?


Saz: Pienso que hay espacio suficiente en una ciudad  como para que todos pintemos  sin necesidad de que haya que dañar el trabajo de otro.
Creo que cada artista tiene su propiedad realidad, a su vez considero que debería  de existir un respeto por el trabajo de otro artista independientemente de si te gusta o no pero bueno esa es mi opinión quizás otros tenga otra y se les respeta.

TDB: Caracas es una ciudad altamente polarizada, todo gracias a la política, y esta polarización la vemos a menudo en los muros de la ciudad con la propaganda política disfrazada de arte urbano, algo que sin dudas, le trae un nuevo rechazo a las intervenciones urbanas, ¿Cuál es tu postura ante este tipo de propaganda política?

Saz: Es como una forma de engaño. Rechazo cualquier tipo de propaganda política sin importar del bando del cual provenga, no estoy de acuerdo en pintar propaganda política, creo que el arte debería de mantenerse distanciado de la política y  servirles más a las personas y a la comunidad  que a los intereses de un partido político. Es mi opinión personal. 
TDB: En el 2001, EE.UU estuvo representado en la Bienal de Venecia por artistas urbanos Barry Mc Gee, Stephen Powers  y Tood James quienes recrearon el arte urbano de una calle neoyorkina. Recientemente, artistas urbanos representaron a Venezuela, en una muestra que fue etiquetada como “arte revolucionario” otorgándole a su vez una carga política innecesaria a esta muestra, ¿tu como artista urbano consideras que el arte de calle debe estar al servicio de la política de un estado o que este arte debe ser en sí mismo un acto de independencia? 

Saz: Debe de ser en sí mismo un acto de independencia  no debería  depender de ningún otro factor que no  sea el de la necesidad de expresarse y brindarle a las personas una realidad distinta, de asombrarlos  
TDB: Por lo general, son pocos los artistas urbanos que cambian su propuesta plástica porque pierden esa firma con la cual lo identifica la gente en la calle, pero ese no es tu caso, porque de la figuración te has trasladado al abstracto geométrico, ¿qué te ha llevado a este cambio y que investigaciones has hecho en relación a abstracto geométrico? 

Saz: La necesidad de re inventarme y de explorar otro tipo de estética mucho más depurada, sin embargo mantengo la parte figurativa presente en alguno  de mis trabajo mi idea es lograr la abstracción del producto de la suma de ambos lenguajes.

He leído sobre abstracción  geométrica, neo geometría  hard egde, constructivismo, descontructivismo. Sabes, he  estado experimentando en como manipular los espacios a través de la obra que realizo y como esa intervención puede generar de una forma gráfica nuevos espacios adentro de ella sin necesidad de que estén totalmente visibles o de fácil lectura y como integrar la obra en el espacio.

TDB: Por afinidad, ¿con cuál artista desearía Saz compartir un muro y en cual festival de arte urbano internacional desearías participar?

Saz: Wow hay unos cuantos Nawer Augustine Kofie.   Jejeje, dos de los festivales serían Art Basel y All City Canvas  o simplemente pintar un muro donde podamos disfrutar y pasar un rato agradable, además de ellos sería estupendo poder participar en algún festival  en el extranjero  en el que compartiera un muro con una gran amigo y excelente artista como es Flix.
TDB: ¡Qué está por venir!, es decir ¿qué proyecto tienes en mente Saz Oner?

Saz: Muchas más intervenciones en la calle, una expo, experimentar con otros materiales, quizás algunas esculturas, esas son algunas de las ideas que están rondando en mi cabeza últimamente esperemos que este año las buenas energías impulsen todas esas ideas.



Muchas gracias Saz, nos vemos en la calle.