Cuando en Taller de Bicicletas nos enteramos que el
colectivo Luzinterruptus vendría a Caracas para presentarse en festival urbano
“Por el medio de la calle”, nos motorizamos inmediatamente para conocerle y
consecuentemente ayudarles en su montaje, desde luego, estar al tanto de sus
historias urbanas como artistas. En realidad, fue muy grato conocerles porque
ellos comparten amigos comunes con Douglas (Taller de Bicicletas) quien vivió
muchos años en España compartiendo andanzas como artistas urbanos de ese país.
Enseguida, surgió entre ellos las coincidencias y subsecuentemente la
complicidad que se da entre personas que conocen y trabajan las calles, y esa
buena vibra alcanzó al resto de grupo.
Dicen que las ciudades se las conoce, como a las personas,
por el andar. Por lo tanto, ellos (Luzinterruptus) no tardaron en corroborar
sus impresiones visuales y preguntar sobre la ciudad de Caracas. Douglas solía
responder desde su memoria individual y referencia personal, la relación que
podríamos encontrar entre Madrid y Caracas, elaborando juntos una especie de
croquis urbano colectivo, complementado por metáforas urbanas en cuyo ejercicio
nos permitían a quienes allí nos encontrábamos darle un sentido a la naturaleza estética del arte urbano: el
adentro, afuera, el antes y después del mismo; de las ciudades que se toman y
someten para otorgarle color y frescura. Todo ello, le daba luces a nuestra
proyección imaginaria de la ciudad que tenemos y de aquellas que desconocemos.
Pronto entre miles de bombillitas Led´s, pilas de litios,
figuritas coloridas de peces, anémonas y boyitas “made in China” y bolsas
plásticas trasparentes, que tenían que ser ensambladas como parte de la
propuesta titulada “Un río envasado que ocupa la calle”, que sería plantada en
la calle durante el festival. Amenamente, Luzinterruptus, algunos voluntarios y
quienes formamos parte de Taller de Bicicletas, intercambiábamos impresiones a
la vez que entrábamos en ritmo, de manera de tener todo a tiempo para el
montaje final del día sábado. Todos éramos parte de una algarabía generalizada,
aun así, visualizábamos lo que podría ser la instalación, a la vez, que
ensamblamos una a una las piezas de aquella singular intervención. No obstante,
todo se silenciaba, para escuchar las conversaciones que sostenían los chicos
de Luzinterruptus con Douglas. Donde se hablaba como la depresión económica de
España y la crisis del sector inmobiliaria en la ciudades habían afectado al
amplio gremio de arquitectos y como estos se habían volcado al arte urbano, lo
ecológico y al reciclaje para de esa manera activarse dentro de sus
conocimientos y su sentir ciudadano. Mientras, que por su parte, los artistas
urbanos, cada día más se mimetizan con los activistas sociales, todo con el fin
de subvertir la calle de una manera creativa, porque de esa manera, sumaban el
apoyo de aquellos ciudadanos que a pesar de su desencanto por la mala política,
no se atreven asumir la calle como el medio más efectivo de expresar su
indignación. Lo que dejaba claro, que el arte urbano desde la época de Muelle
en los 70 era cosa de profesionales y no tanto de chavales irreverentes. Por
nuestra parte, Douglas como el resto de Taller de Bicicletas replicábamos,
diciéndole que Caracas cada día más se consolidan los colectivos ciudadanos, y
que a través del arte y/o la creatividad crean conciencia de ciudad, eso ha
hecho que cada vez el espectador urbano haga sus veces de artista y esté más
dispuesto en asumir su rol de ciudadano y, lo importante era eso, que los
caraqueños dejen de ser espectadores y asuman protagonismo dentro de su propia
ciudad, y que los artistas urbanos ya eran reconocidos por la ciudad y lo que
es mejor gozaban cada días más de su simpatía.
Sólo un pequeño grupo de los voluntarios, incluyendo a Taller |
Luzinterruptus y Taller de Bicicletas, coincidíamos en los
escenarios de la vida colectiva mental de los ciudadanos que viven y son
conmovidos por el acontecimiento cultural, el escenario social y urbano que
desde la ciudad se construye. Desde luego, como se liberan los espacios
simulados o esos no lugares que nos atraviesan a diario, los ruidos visuales:
las vallas, la publicidad, el graffiti, los avisos callejeros, los pictogramas
y tantas otras fantasmagorías que ha hecho, en el caso especifico de
Luzinterruptus opten por las instalaciones lumínicas transitorias sustentado
por las luces Led´s. Concluyentemente, distinguíamos que cada ciudad tiene su
propia estilística y vida social pero todas demandan lo mismo; mejores gerentes
que nos garanticen servicios, seguridad y por supuesto una estupenda
ciudadanía, para de alguna manera evitar que aquello que solemos llamar lo
cotidiano, se nos convierta en una triste realidad.
El sábado comenzaron a disiparse las interrogantes que
suelen atacar a todos los artistas antes de una puesta en escena. Ese día, y
como se ha hecho costumbre desde temprano mucha gente comenzaba a merodear por
la calles, buscando ver los distintos montajes y conocer a los distintos
artistas que suelen presentarse en este evento. Poco a poco, una a una, íbamos
terminando las 2.000 bolsas iluminadas que a manera de pecera este colectivo
madrileño tenía proyectadas para nuestra ciudad. Cabe decir, que por realizar
esta instalación desconocían que su ciudad estaba de fiesta, porque el Real
Madrid había ganado la súper copa de España, mientras, el Atlético hacia lo
mismo en la súper copa de Europa, pero en este el momento, ello eran arte y
parte del mayor de los festivales de calle que se hace en Caracas. Finalmente,
todo estuvo estupendo, Luzinterruptus se lució con la instalación, Taller de
Bicicletas y demás voluntarios quedamos encantados, la gente quedó fascinada y
la ciudad ideal como hábitat perfecto seguirá siendo esa utopia que desde la
Antigüedad ha preocupado al hombre.
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