Qué sería  de un héroe que se valore sin un archienemigo que tenga la oportunidad  de salirse con la suya, y que será de un villano sin un héroe a quién  ponérsela difícil. Desde luego, este antagonismo por lo general tiene  a un ciudad como campo de batalla, la cuál por arte de magia y/o por  un eficiente servicio de obras públicas es rehabilitada de todos los  estragos que los combates escenificados de manera expedita, a tal punto,  que siempre la ciudad se encuentra lista ante el riesgo de una futura  confrontación que pueda destruirla de una vez por todas. 
La defensa  o la destrucción de una ciudad lamentablemente no es una invención  de los cómics, sino el reflejo de la acciones que tuvo su génesis  en la destrucción de Troya donde combatieron y murieron héroes de  la mitología griega, también se encuentra la devastación bíblica  por medio del azufre y fuego de Sodoma y Gomorra o el fin de la valiente  Cartago por el imperio romano, no obstante y con el trascurrir de la  historia la ciudades pasaron a ser un botín preciado que se rendían  luego de una derrota en el campo de batalla, esto cambiaría con sus  excepciones en el siglo XX con la guerra civil española cuando la crueldad  y la infamia creó nuevos escenarios bélicos al bombardear a civiles  indefensos en ciudades como Barcelona, Guernica o Madrid. Este hecho  se reprodujo a lo largo de la 2da guerra mundial con los bombardeos  a Varsovia, Londres, Dresde, Stalingrado, entre muchas, teniendo como  la excepción a París la cual fue respetada e incluso fue salvada por  un enemigo, el general alemán Dietrich Von Choltitz que por amor a  esa ciudad desoyó las ordenes de un furibundo Führer que deseaba ver  la ciudad luz en ruina ante que entregada… siempre nos quedará París.  La devastación atómica de las ciudades de Hiroshima y Nagasaki significó  el más cruel desenlace para una guerra sangrienta, el fin del principio,  porque la destrucción de las ciudades no se detuvo allí, terribles  ejemplos hemos tenido desde aquel entonces, ciudades como Hanoi, Beirut,  Sarajevo dejaron constancias que subyugar a una urbe desarmada socavaría  la moral de una población beligerante, por lo tanto, las metrópolis  pasan a ser los nuevos blancos estratégicos, pero esta manera de reducir  al enemigo no contenía ningún honor por lo tanto no genera héroes  militares. Actualmente, las ciudades experimentarían otro tipo de guerra,  la del terror o terrorismo, la cual cambiaría la nomenclatura de héroes  a mártires. 
La destrucción  de las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York, sería uno de los  más brutales ejemplos del terrorismo mundial, siendo las ciudades los  objetivos más valorados. Este acontecimiento llevó que los cómics  y al séptimo arte sacara a todos los superhéroes de nuevo para levantarle  la moral a una nación, que a su vez, trasladaba el terrorismo a la  legendaria Bagdad por pertenecer al eje del mal. Esta ciudad que su  nombre traducido del persa significa “el regalo de Dios” han muerto  casi 4,000 soldados americanos, la mayoría por ataques furtivos de  terroristas mártires que usan las calles para las emboscadas, posiblemente,  la solución de este conflicto que desangra las calles y la invencibilidad  de un ejercito radicaría que el presidente Obama retiré las tropas  de Irak o que envíe al Capitán America en el Air Force One como refuerzo.
Regresando  a los superhéroes, como bien sabemos la mayoría de estos personajes  tiene doble personalidad, y esta psicopatica vida no los hacen muy diferente  a los villanos, incluso, no les hace diferente a los ciudadanos de las  grandes capitales, claro, eso de ocultar sus verdadera personalidad  hacen de héroes y villanos individuos difíciles e inestables, cosa  que de nuevo los acerca notablemente entre si, tanto es así, que ambos  manejan los mismos temas, las mismas armas, poseen traumas similares  y a menudo gustan de la mismas mujeres. Pero quizás, lo más difícil  que puede afrontar un superhéroe es sobrevivirse al engreído ego de  otro superhéroes, y la ciudad que más héroe ha tenido en ese sentido  es la ciudad de Nueva York, incluso un antihéroe como Spawn eligió  esa ciudad para refugiarse, todo debido a que esta ciudad es la más  cosmopolita del planeta y porque es la referencia inmediata de los ilustradores  de la editorial Marvel Cómics y la DC Cómics las cuales están radicada  en la gran manzana. 
Para cualquier  hijo de vecino que carezca de súper poderes puede ser aterrado imaginarse  a una ciudad como Metrópolis sin Superman, sobretodo, cuando se desconoce  que atractivo tiene esa ciudad que no sea la figura de Superman. De  seguro, y pensando en la arquitectura esta ciudad tiene que contar con  un centro urbano mecanista, lleno de callejones y poblado por edificios  con más de 40 pisos de altura que en su mayoría estaría diseñado  por Calatrava. También puede ser aterrador imaginarnos a una ciudad  como Ciudad de México o Medellín con un superhéroe, porque estas  son de esas ciudades que no admite héroes que abrillante las historias  de supervivencia de los marginados e impotentes ciudadanos de las periferias. 
En el caso  de ciudad Gótica, para todos es de gran consuelo saber que es la ciudad  que más psicópatas le ha dado a las historia de las ciudades, tal  vez, la mezcla de arquitectura entre Gehry y Gaudí sean la causante  de la diversidad de malhechores que merodean en ella, pero incluso el  uso de la analogía entre esa ciudad y las nuestras no es reconfortante,  a pesar de ser muy divertida, y es que la realidad fantástica de cómics  suele adjetivizar nuestro surrealismo. Primeramente, ciudad Gótica  cuenta con un héroe que es un millonario aburrido y filántropo que  va por la vida creyéndose quirópteros, por lo que no duerme  por las noches esperando su señal en el cielo de la ciudad, el mismo  cuenta con un joven maravilla como asistente de hazaña, pero creo que  Tim Burton tiene razón, este héroe esta mejor sólo. El caso es, que  si Batman viviera en una ciudad como Caracas o Río de Janeiro tendría  un millón de razones que entre hampa común, mafia nacida del narcotráfico,  incluyendo las fiestas para andar insomne por las calles librando batallas  y batallitas a bordo de un tuneado batimovil,.. Pensándolo bien si  nuestras ciudades necesitara dado el caso a un superhéroe, seria uno  que vuele o que se guinde como el hombre araña porque en nuestras ciudades  el tráfico es otro enemigo a vencer, y claro que este héroe no tome  ninguna postura política como porque sin caer en provocaciones que  nos remitan al Terminator gobernador del estado de California, de seguro  habrán gobiernos municipales que liciten el apoyo de un héroe que  les proteja a la vez que le proporcione votos.
Como lo he  indicado anteriormente, las ciudades no necesita héroes, porque en  ella todos somos héroes a la vez que villanos, somos los ciudadanos  lo que salvamos y destruimos a las ciudades, y lo hacemos sin pensar  en ella, definitivamente, la ciudad no existe en nuestro imaginario  colectivo mientras circulamos en ella, sólo aspiramos a una ciudad  cuando nos encontramos en ciudades extranjeras, ajenas, cuando dejamos  de ser ciudadanos para pasar a ser desnudos turistas, es entonces, que  pasa la ciudad se merece un obelisco por su perseverancia a existir,  y más aun, que la ciudad de nuestros sueños deja de ser un espacio  para pasar a ser la madre de nuestra ciudadanía.
 
 
 

 
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